COSAS
DE PUEBLO
Y nunca le recordaba, lo que no se podía contar, porque la
amenaza de muerte le tenía muerto de miedo, con solo mirarle, sudaba por todo
el cuerpo.
Tendría que haber ido a la policía, pero su cobardía hizo
que se creciera aún más y ahora se acercaba a su casa cuando se le apetecía y
se abrazaba a su mujer y se reía y la tocaba de una manera soez y él mientras,
agachaba la cabeza.
Le pidió vino y fue a la cocina a por la botella, cogió el
cuchillo matancero, lo afiló en la piedra y entró en el comedor con el a la espalda.
La crónica negra de la España más chirriante sigue dando noticias. Un saludo
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