EQUILIBRIO
INESTABLE
Mientras su padre cerraba la tapa del contenedor, ella
saludaba con la mano desde la abertura lateral como todos los días, cuando debajo de la estructura de cinco contenedores
apilados, esperaba el hijo de ambos para ser llevado a la escuela.
Por la parte trasera y como buen funambulista que era y
agarrado a la arista larga, con sus mallas ajustadas que dejaban entrever lo
que iba a pasar, se balanceaba para
introducirse por la otra ventana, el vecino superior, en todos los sentidos.
La vecina del tercero se colocó los cascos pues el ruido de
los Dry Van, eran peor que los muelles
de un somier viejo.
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