SAN
ROQUE
La banda tocaba un pasodoble y yo,
sentada en una silla.
Era Roque, de permiso de la mili.
Estaba muy cambiado, guapo y repeinado, diferente de aquel año en la era, una
noche de luna llena.
Acodado en la barra, se tomó un
quinto y se volvió. Me vio y con pasos lentos vino a mí.
Mi corazón me golpeaba el pecho
mientras mis amigas me daban codazos. Se agachó y me pidió bailar y yo le dije,
no.
Seguro que al final bailó con él. Buen relato Epifisis, lo has ambientado muy bien en los bailes de nuestros padres.
ResponderEliminarAlgun dia tendrán que llamarte los de REC, ¿verdad?
Un saludo.
Alfonso, yo soy de la quinta del 52 y he asistido a montones de San Roque en Almaraz del Tajo, de donde era mi padre.
EliminarUn saludo
Las fotos son una excelente crónica. Lástima de tener un NO por respuesta.
ResponderEliminarEran otros tiempos.
Un saludo
Que razón tienes Anna, a las chicas de mi época había que sacarlas a bailar muchas veces, hasta que un día decían sí.
EliminarUn saludo